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LAS CONVERSACIONES DIFICILES. EVITARLAS O ENFRENTARLAS.

  • lilibweicman9
  • 20 mar 2016
  • 2 Min. de lectura

LAS CONVERSACIONES DIFICILES. EVITARLAS O ENFRENTARLAS.

Despedir a un empleado o reasignarlo, pedir un ajuste de honorarios a un cliente o delimitar horarios y alcances de nuestros servicios, pedirle a un socio o compañero de estudios un mayor compromiso, pedirle a familiares y amigos que no nos interrumpan en horas de trabajo, pedir mayor apoyo a nuestras parejas, comunicarnos con nuestros hijos y nuestra familia, nos genera la necesidad de mantener conversaciones. Todos tenemos conversaciones pendientes, que a veces dilatamos o evitamos enfrentar. Por qué evitamos o dilatamos esas conversaciones?

Muchas veces por el dolor que nos produce o creemos que puede producir en los demás y proyectamos en nuestra mente una serie de situaciones y consecuencias terribles que no sabemos si van a ocurrir.

Dilatar o postergar esas conversaciones que nos cuestan, nos resta energía, nos produce ansiedad y stress.

¿Hay una conversación difícil que tenemos que enfrentar?

Consideremos esto....

- No hay una única realidad. Cada uno es observa la realidad y la interpreta desde quien es, su historia personal, sus valores, creencias, juicios y hasta desde su cultura social según donde ha nacido y crecido.

- En una situación en la cual debemos tener una conversación difícil, generalmente las dos partes se sienten infelices, incómodas o descontentas. Cuando un empleado es de bajo rendimiento o una sociedad no funciona, por lo general es porque la otra parte está descontenta también. Casi todo el mundo quiere tener éxito y prosperar en su trabajo. Esta falta de motivación puede existir porque no está en el trabajo adecuado, o en una industria que les excita o. en el puesto más acorde con sus habilidades. Tal vez ese socio que no e compromete, no está realmente interesado en el emprendimiento, no siente confianza o no responde a sus expectativas reales ni a su visión.

Considere la posibilidad de que la persona en el otro lado de esta situación puede ser tan infeliz como usted.

Escuchemos que siente el otro y que sentimos nosotros.

Recordemos que escuchar es la parte más importante de una conversación.

-Siempre hay otra cara de la historia.

Es fácil quedar atrapado en las emociones cuando estamos insatisfechos y decepcionados.

Podemos creer que sabemos por qué alguien está actuando de la manera en que actúa, pero es probable que estemos totalmente equivocados.

Iniciemos la conversación haciendo preguntas, en lugar de defender nuestra posición y hacer acusaciones.

Dejemos la escucha previa.

Si dos o más personas monologan para imponer su razón, no estamos en una conversación.

Cuando nos abrimos a escuchar en forma comprometida, podemos aprender algo que cambie el panorama completo y ofrezca otras soluciones.

-¿Cuanto nos cuesta postergar esa conversación?

Vivir con una situación difícil cuesta tiempo, salud, dinero y mucha energía.

Solemos pensar que es más fácil dejar todo como está, pero la preocupación y la agitación toma una gran cantidad de energía.

En las relaciones personales el costo se refleja en la salud y en el desgaste de esas relaciones.

Nos alejamos emocional y a veces físicamente de las personas que están en nuestra vida.

En nuestro trabajo, profesión o empresa, las interrupciones, relaciones dificiles, pobre rendimiento de los empleados y sociedades que fallan absorben mucho dinero, pérdida de tiempo y oportunidades.

Desde el coaching ontológico, ejecutivo y organizacional acompañamos este proceso fundamental de conversar proactivamente y de generar realidades diferentes.

 
 
 

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